Viviana Bernal ayuda a descubrir el payaso que todos llevamos dentro
Foto cortesía de Viviana Bernal
El
teatro, una de las artes escénicas más reconocidas en el ámbito mundial, tiene
una variante que es capaz de sacar lo más creativo de los actores haciendo uso
del ridículo para explotar de risa a los asistentes, pero hacer Teatro Clown no
es tan fácil como parece, aquí también hay técnica y sentido social.
La
licenciada en artes escénicas, Viviana Bernal, tiene más de 6 años estudiando
el arte del Teatro Clown, pero más allá de eso, Viviana es una bogotana que decidió
dedicarse al teatro y a la pedagogía como estilo de vida, y que encontró en el
clown una forma diferente de enfrentarse a las tablas.
Viviana
es de las que piensa que las emociones son libres y por ello se siente en confianza
para afirmar que se permite estar en todas las emociones “no solo la felicidad
lo hace a uno como ser humano”. Aunque la nariz roja del clown está de moda,
Viviana es una firme creyente de que esta técnica ha sido menospreciada y
golpeada por el teatro (dramático) como arte.
Comenzó
a trabajar con la Fundación Doctora Clown luego de finalizar sus estudios en
artes escénicas y entonces conoció una forma completamente diferente a lo que aprendió
en la academia “no tenía ni idea de lo que era ser una payasa humanitaria y
además odiaba a la gente que se ponía una nariz de clown porque me parecía que
carecía del sentido dramático del teatro que enseñan en la academia”, confiesa.
Viviana
Bernal también resalta las diferencias que existen entre el Teatro tradicional
y el Teatro Clown. Mientras el primero está más enfocado hacia el arte
dramático, el clown lo define como un personaje interpretado por un actor que
en muchos casos se acerca al niño que llevamos dentro. “La principal diferencia
está en el estudio mismo, en la técnica y en dedicarse a estudiarlo como tal”,
afirma.
Una
de las bondades que resalta Viviana del teatro clown es que el actor está siempre
en el presente y se aprovecha de cada situación que ofrezca el escenario o el
público para construir su puesta en escena, siempre con el objetivo de llevar
los sentimientos al extremo.
La risa como terapia
para la cura
El
payaso humanitario lo considera una de las grandes discusiones en su labor que
califica como “muy linda. Llegar a los hospitales y zonas vulnerables a llevar
un poco de alegría y romper con las cotidianidades de este tipo de población, es
una experiencia más allá de cualquier cosa, una experiencia de sensibilidad y
humildad”.
La
labor es más humana, el vestuario está pensado en romper con la rutina y aunque
se hace un número, siempre tiene un sentido más humano, cuyo objetivo es elevar
una terapia que cura enfermedades.
Redactado por: David
Jojoa